El mejor vino es el que te gusta, pero si es con DO tienes la CALIDAD garantizada
Así de contundente arranca nuestro manifiesto. El punto número uno de todo un decálogo en el que reflejamos la visión que tenemos del mundo del vino; un resumen casi perfecto de nuestra filosofía. El vino que a ti te guste, ese, es el bueno. No hay que darle más vueltas.
Si de algo queremos huir es de esa idea preconcebida de que para beber un buen vino hay que saber de vino o gastarse un dineral. Sinceramente, no se puede estar más equivocado. Una de las mejores cosas que tiene el vino en nuestro país es la diversidad y no solo en lo que a las características del producto se refiere (es decir, las que percibimos por los sentidos: color, olor, sabor…), sino también en cuanto a aquellos factores de compra que influyen en que nos decidamos por un vino o por otro: precio, denominación de origen, marca… Hay de todo y para todos. Se trata, por tanto, de probar y de ir encontrando los vinos que van contigo, los que te gustan. Y hay una cosa de la que puedes estar completamente seguro: cuando eliges un vino con DO, tienes la calidad garantizada. Así que, fíate siempre de lo que diga tu paladar. Y si buscas garantía de calidad, como te venimos recordando desde aquí en diferentes ocasiones, dale la vuelta al vino y busca la contraetiqueta de una D.O.
El consumidor puede que se pregunte cómo distinguir un vino de calidad. Una de las respuestas a esta pregunta sin duda es que lleve el sello de una denominación de origen impreso en una contraetiqueta. Cuando compras un vino con denominación de origen te aseguras de tener un producto de calidad entre tus manos. Los Consejos Reguladores, que son la unión de los viticultores y los elaboradores (las bodegas) de una zona, controlan y garantizan, tanto que la uva y el proceso de elaboración han tenido lugar en un origen concreto, como que ese vino cumple unos exigentes estándares de calidad.
Una etiqueta de una DO en una botella de vino garantiza al consumidor (y también a los distribuidores) el origen y la calidad, tanto de la uva como del producto que se adquiere. Las denominaciones de origen trabajan para mantener la singularidad de cada territorio y de su producto, haciendo que sean únicos y diferentes al resto. Es decir, están vigilantes para que la uva que se produce y el vino que se elabora en su zona cumpla con las normas que establece la DO, que son las que acuerdan los agricultores (viticultores) y las empresas (las bodegas). En definitiva, controlan que el vino que descorches sea siempre de calidad.
Por eso, y volvemos al punto de partida, decimos que “el mejor vino es el que te gusta, pero si es con DO tienes la calidad garantizada”, porque sabemos que cuando abres ese pequeño continente de felicidad que es una botella de vino con DO, tienes la dedicación y la rigurosidad del trabajo de cientos de personas entre tus manos, que cuidan de que el saber hacer ligado a una zona sea preservado y vaya a más con el paso del tiempo. Ahora solo te queda disfrutar 😊.