DO Tierra del Vino de Zamora, un vino con nombre propio
Dando un rodeo por el río Duero y recorriendo de norte a sur la Vía de la Plata, nos adentramos en la tierra de Zamora, un lugar con esencia vitivinícola pura.
Y es que la producción del vino y el cultivo de la vid han sido, desde tiempos inmemoriales, un elemento fundamental en la economía rural de la comarca, propiamente conocida con el nombre “Tierra del Vino”, como así se recoge en algunas citas de la época medieval que aluden a los vinos de la zona.
Hasta tal punto es así, que con el siglo XX bien iniciado, los viñedos suponían una gran parte de los cultivos y la riqueza de la zona, pero a medida que fueron pasando los años, se produjo un importante arranque de las viñas, debido al bajo precio de la uva y a su elevado coste de producción y mantenimiento. Fue en el año 1997 cuando un grupo de viticultores y productores decidieron terminar con la tendencia de arranque, comenzando el camino hacia la Denominación de Origen, cuyo reconocimiento y aprobación oficiales consiguieron en el año 2007.
El clima en la Tierra del Vino tiene inviernos muy fríos y veranos muy calurosos. Sus suelos son muy permeables y tienen una gran capacidad de retención. Los factores climáticos, al igual que los edafológicos, favorecen per se la producción de la uva, por lo que el vino con D.O. Tierra del Vino de Zamora es de una excelente calidad.
Las variedades más representativas de la Tierra del Vino son Tempranillo, Malvasía, Moscatel de grano menudo y Verdejo, aunque también se trabajan, como variedades complementarias, la Garnacha, la Cabernet-Sauvignon, Albillo, Palomino y Godello.
El fuerte sello románico que caracteriza su entorno, junto con el escenario del Camino de Santiago, confieren también un carácter único a la zona y hacen de ella un espacio ideal para el enoturismo.
La D.O. Tierra del Vino de Zamora, que aunque no se intuya por su nombre, agrupa también algunos municipios de la provincia de Salamanca, se sustenta en el paisaje que la rodea, en el entorno en el que desarrollan sus viñedos y en el solar histórico donde conviven las personas que han heredado su cultura. Bodegas y viticultores conviven alrededor de la sobriedad del estilo románico y el sello inconfundible de la ruta jacobea. No es inusual contemplar peregrinos con mochila paseando junto a viticultores, saludándose en cualquier época del año y compartiendo el amor por esta tierra.
Esta es una Denominación de Origen marcada por su legado cultural, que se nutre de hermosos paisajes y personas comprometidas con su tierra. La D.O. Tierra del Vino de Zamora nos invita a celebrar la vida mientras disfrutamos del entorno, la compañía y la incomparable calidad de sus vinos.