DOP Bullas, una herencia milenaria
La cultura del vino en la DOP Bullas se remonta al hallazgo de numerosos elementos arqueológicos en los diferentes municipios de Murcia, con más de 2.600 años de antigüedad, aunque la extensión de sus terrenos y la generalización de su consumo se darían en la época romana. El Niño de las Uvas y el Sello del Castellar son dos claros ejemplos de la representación de la Vendimia y la tradición vitivinícola de estas tierras.
A partir del siglo XVI se expanden los viñedos y ésta se convierte en una tierra vinatera muy importante. Los habitantes de este territorio siempre han gozado de una gran tradición entorno al vino, como demuestra la presencia de la gran cantidad de bodegas tradicionales en casas, tanto rurales como urbanas.
Con el tiempo, se hace una apuesta por el desarrollo de la tecnología y la calidad de producción, transformando el viñedo local del regadío a secano y consolidando su reconocimiento entre los vinos de la comarca, que se mantiene aún en la actualidad.
Finalmente, en 1994 y tras muchos años de incansable trabajo por y para los viñedos de la región, se concede la “Denominación de Origen Bullas”.
Las condiciones del suelo y su clima hacen de la DOP Bullas un lugar ideal para el cultivo de la viña de la forma más tradicional, imprimiendo a sus vinos una fuerte personalidad, que consigue ser esencia y expresión de la tierra de la que provienen.
Más del 60% de los viñedos se sitúan en altitudes que superan los 600 metros sobre el nivel del mar, a los pies de las sierras. La Monastrell, su variedad autóctona más reconocida, se encuentra perfectamente aclimatada gracias a su brotación y maduración tardía, capaz de resistir temporadas de sequía.
Es así como en esta Denominación de Origen la tinta puede expresarse tal cual es: vigorosa, concentrada y con unos rasgos balsámicos muy característicos.
Otras variedades autorizadas de la DOP Bullas son la Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Garnacha, Garnacha Tintorera y Petit Verdot (tintas) y la Macabeo, Airén, Chardonnay, Malvasía, Moscatel, Moscatel de Grano Menudo y Sauvignon Blanc (blancas).
Por último, cabe destacar la Ruta del Vino Bullas, una opción ideal para el enoturismo de la zona. Es un hilo conductor que facilita al visitante apreciar, de forma organizada y global, toda la diversidad cultural de esta tierra a lo largo de los años: viñedos, antiguas y modernas bodegas, puntos de venta, monumentos, parajes naturales, y por supuesto, servicios de alojamiento, restaurantes y otras actividades.
El cultivo del viñedo en la zona de la D.O.P. Bullas es el resultado de combinar labores tradicionales y conocimiento ancestral, junto a la integración de la tecnología para lograr un resultado exquisito.