
Las fases de la vid
En los viñedos, hay vida más allá de la vendimia. Como todos los seres vivos, la vid cumple con un ciclo, un proceso que se repite cada año. Y durante ese proceso la vid supera diferentes fases. Pero, ¿Cuáles son esas fases, también llamadas estados fenológicos, y por qué son importantes?
Aunque existen varias versiones de los estados fenológicos de la vid, la más antigua data de 1952 (Baggiolini), todas ellas tienen algo en común: guiar a los viticultores con el objetivo de lograr una brotación y crecimiento de la vid óptima.
Las fases de la vid ayudan a conocer en qué momento exacto del proceso se encuentran las viñas, abarcando desde el inicio del ciclo hasta completar la maduración. Su identificación es de vital importancia para poder atender a unas necesidades particulares en cada una de ellas.
Yema de invierno: en este estado posterior a la caída de la hoja la vid resiste hasta -15°C.
Lloro: como consecuencia de la reanudación de la actividad radicular empieza a salir la savia bruta a través de las heridas de poda.
Yema hinchada: las escamas exteriores se separan, dando paso a las borras.
Punta verde: el aumento de la temperatura propicia la apertura de las yemas, apareciendo así los primeros brotes verdes.
Hojas incipientes: nacen las primeras hojas de los brotes.
Hojas extendidas: a medida que las hojas se expanden y crecen empiezan a apreciarse las diferentes características varietales.
Racimos visibles: primeras inflorescencias rudimentarias en la extremidad del brote.
Racimos separados: las inflorescencias se alargan y se presentan separadas y espaciadas
Botones florales separados: los racimos florales aparecen totalmente desarrollados.
Inicio de floración: la caliptra (cubierta membranosa) se separa de la base del ovario y cae, dejando al descubierto los órganos de la flor.
Plena Floración: maduran los estambres y los pistilos.
Cuajado: caen los estambres marchitos y se engrosan los ovarios fecundados que después constituirán el grano de uva.
Grano tamaño guisante: alimentados por los nutrientes, los granos de uva aumentan hasta tener el tamaño de un guisante.
Cerramiento del racimo: el aumento de tamaño de los frutos hace que se cierre el racimo y se terminen de configurar.
Inicio del envero: la uva alcanza una de las fases de maduración, pasando por la coloración del fruto.
Pleno envero: las semillas alcanzan la maduración fisiológica.
Maduración: en esta fase se acumulan los azúcares y comienza la pérdida de la acidez, a la vez que se generan los aromas característicos de la variedad de uva.
Inicio de caída de hojas: la respiración se reduce y la transpiración se detiene.
Plena caída de hojas.